sábado, 22 de septiembre de 2012

¡Si Espanya no se les apanya, canya canya, canya!


Otoño caliente donde los haya. Un 11 de septiembre en Cataluña que yo seguí con escepticismo. El escepticismo de quien cree que todo volvería a la normalidad el día 12 y posteriores; seguro de que pasada la diada la gente (muy influenciable por los de arriba) dejaría de envolverse en la senyera. Pero parece que no ha sido así. Algunos periodistas no se cansan de repetir que si la manifestación del 11s se hiciera hoy habría aún más gente.


¿La causa? EL gobierno central y su estrategia de embestida y ataque: Últimamente se han hartado de mencionar el artículo 155 de la constitución (el que autoriza la suspensión de una autonomía rebelde), otros más agresivos todavía han apelado al artículo 8 (el ejército ha de velar por la integridad territorial de España). En suma, sacar los tanques a la calle, si fuera necesario. La derecha establece analogías con el otoño del 34 i la proclamación de independencia de Companys que acabó con intervención armada y con el muy ilustre president tras las rejas de la prisión de Montjuïc. Gobernaba en Madrid el PP de entonces, la Confederación Española de Derechas Autónomas.

Tanto defender a ultranza la constitución para así negarse a reconocer que después de 30 años de “café para todos” la cafetera esta ya hecha polvo y no da más de sí. Lo decía Vicenç Navarro: España no puede soportar 17 cataluñas con sus lenguas y culturas propias. La alternativa era el federalismo asimétrico, que tanto defendió Maragall para burla de todos (sus correligionarios incluidos), pero esta vía, que era la del nou Estatut, después de un largo camino también quedó vetada. O mejor dicho recortada en lo esencial por el Tribunal Constitucional.

¿Qué alternativa nos dejan? Pues está claro, hacernos independentistas. Pero cuidado, esta ola independentista tiene una doble dirección, de abajo arriba, o sea de base popular i ciudadana, alimentada por al crisis económica; pero también de arriba abajo, Atur Mas está teledirigiendo astutamente este cabreo del català emprenyat en beneficio propio. El PSC en cambio, ha hecho unos cuantos pasos en falso que le pueden salir muy caros en unas hipotéticas elecciones anticipadas. El astuto Atur Mas lo sabe. No dudará en convocarlas y asegurarse una aplastante mayoría absoluta. Ha jugado bien las cartas, este es su momento de apostarlo todo.

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